Habitualmente es producida por una reacción alérgica a un alimento o medicamento. Se reconoce por sus ronchas de color rojizo y con frecuencia presenta elevación en la piel. Al tener una reacción alérgica por el consumo de algún producto, el organismo libera una sustancia llamada histamina, la que, junto con otros químicos, se introduce en la sangre, causando irritación, inflamación y otros síntomas propios de la urticaria. Es frecuente que las personas que presenten algún tipo de reacción alérgica, tengan urticaria alguna vez en su vida.
Son varias las sustancias que pueden provocar urticaria, entre las más comunes destacan: o Medicamentos. o Polen. o Mariscos, pescados, nueces, huevos, leche y otros alimentos. o Picaduras de insectos. o Caspas de animales (en especial de los gatos).
También puede deberse a: o Exposición extrema al frío o al sol. o Estrés emocional. o Transpiración excesiva.
Los síntomas más comunes son la presencia en la piel de prurito, que es una inflamación con ronchas de color más rojizo. Estas pueden ir creciendo en tamaño y en cantidad, aparecer y desaparecer en instantes. Si presiona la rocha roja en el centro, ésta debería ponerse blanca.
Para reducir la inflamación y las ronchas se recomienda: o Evitar la ropa ajustada para no producir irritación. o No bañarse con agua caliente. o Tomar antihistamínicos. o Aplicar alguna loción para calmar la picazón.
Se debe consultar al médico en caso que esta urticaria se prolongue, se tome incómoda y no se termine sólo con los cuidados en casa. El médico general o el especialista le dirá, solo observando la apariencia de la piel, si se está en presencia de urticaria o no. Si a esto suma antecedentes de alergia, el diagnóstico será más definitivo. En algunas ocasiones, si el médico estima que es conveniente, le pedirá exámenes a la piel o de sangre para saber que fue específicamente lo que produjo la urticaria.
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